Rebeca Martnez y La Habitacin: un video que molesta

Le descargo a Rebeca. Rebeca es icnica. Uno la recuerda con un cuerpo monumental moldeado a base de ejercicios. Todo el que vivi en la Cuba de los ochenta sabe quin es esa rubia tierna y sonriente que acompa las fantasas erticas de miles de cubanos. Hasta ah todo bien. Coge tu puesto en la

Le descargo a Rebeca. Rebeca es icónica. Uno la recuerda con un cuerpo monumental moldeado a base de ejercicios. Todo el que vivió en la Cuba de los ochenta sabe quién es esa rubia tierna y sonriente que acompañó las fantasías eróticas de miles de cubanos. Hasta ahí todo bien. Coge tu puesto en la memoria, guarda tu trofeo de celebridad Vintage, enciérrate en tu apartamento y envejece silenciosamente bajo el perfume de la nostalgia colectiva. Pero no, Rebeca insiste, se muestra y eso reaviva viejos rencores.

Ella encuentra un camino alternativo para existir y se va a las redes. No se conforma con esto y ahora saca un clip que anda por todas partes. A Rebeca le dan tremendo chucho, siempre se lo han dado. Algo en esta mujer incomoda al punto de lanzarnos sobre ella con todo. Tengo los recuerdos intactos. La eterna aspirante a vedette bajo la sombra de una Rosa Fornés que muchos, después de haberla criticado, revindicaron para escarmentar a la otra. No cantas bien, Rebequita, no nos importa si estudiaste en el ISA o das el re sobreagudo de El fantasma de la ópera o si bailas y actúas. Calladita te ves más bonita, siguiendo a la monitora invisible, sudando mientras mueves el esqueleto en sincronía con los demás.

Me gusta la gente luchadora, esta Rebeca. Una mujer de más de cincuenta años que se mantiene hermosa y vital. Me llama la atención ese tipo de burla, sin piedad, que acompaña a las sex symbols. Le ha pasado a Madonna, salvando las distancias, y a muchas otras que luego de los treinta tienen la osadía de continuar con su pincha. A la gente no le gusta que te pases de la raya. Si tuviste unos quince sonaos, ahora a los cincuenta y tantos deberías hacer mutis para que podamos vacilar a otra jovencita que luego será sustituida por otra; eso sí: a esa jovencita se le permite hacer las mismas locuras que nos molestan de sus antecesoras y no solo se le permite, sino que entendemos la irreverencia y la aplaudimos y eso no está mal, por supuesto.  No voy a hablar de los artistas masculinos heteros porque se sobreentiende que la tolerancia en estos casos es completamente distinta.

Rebeca se tira sus lentejuelas y sale a cantar en la sala de su casa. Motivada, sigue un poco más. Ahora Tanya compuso un tema para Rebeca y esta saca un clip dirigido por May Reguera y ya todo el mundo afila el cuchillo. La canción es interesante, sin pretensiones y con un arreglo que me recuerda en cierto punto esa época de una Rebeca ochentera y aeróbica. «Conmigo se acabó el dinero/ yo hago todo lo que quiero/ a mí nadie me paga la renta». En la letra se habla de pan con lechón y en el clip se come el sushi que un personaje con cabeza de caballo les sirve en bandejas de madera con palitos chinos y eso nos molesta porque para los cubanos la comida es un tema que genera sensibilidad.

A mí me gusta el video (es tremenda quemadera, muy chulo y fresco) y me gusta la canción, la veo divertida y también osada. Veo mujeres sin miedo, hermosas y bien vestidas, alegres y despreocupadas. Me gusta que todavía haya gente aquí que se luche su sushi y su pan con lechón y se reinvente desde una propuesta de bienestar, aunque tenga cincuenta o cien años. Veo coherente la canción con su forma de ser, alegre y ligera. Me gusta Rebeca en su onda kitsch, sus trajes de lentejuelas y lunares y también elegante. Cada cual con su estilo.

Todo el mundo es libre de opinar, pero ojo con los prejuicios disfrazados. No es bueno ser ingenuos. Si un video que muestra cierto lujo, nos parece casi una desconsideración con el prójimo nacional, no creo que la culpa sea precisamente de los artistas. Para un contexto como el nuestro, donde un sushi o un pan con lechón es casi un insulto, cualquier cosa que no tenga una pared a punto del derrumbe es algo lujoso. Me pregunto qué molesta realmente en este video y esta canción realizado en su mayoría por mujeres. ¿Qué esconde la burla y el aura de ridiculez con la que insistimos en bañar a Rebeca Martínez, cubana, artista, mujer soltera y sin hijos, ex amante de un militar, inquieta, valiente en su desprejuicio? 

Necesitamos entender que la femineidad no tiene moldes específicos. También me cuestiono si algún día lograremos quitarnos el lastre cederista de condenar a aquel que se desliga de la porno miseria asignada y logra con su trabajo, inteligencia y talento vivir dignamente sin pedir permiso o perdón a nadie. Aquí mucha gente se entusiasma con la nominación al Oscar de Ana de Armas y aplaude a otros artistas cubanos que, logrando un impacto mediático mucho mayor a nivel internacional, y teniendo la posibilidad de visibilizarnos como grupo social, simplemente se limitan a colgar temas con una letra gozona o a presentar portadas con tanta comida como un trabajador promedio no puede comprar en un año. Nadie les cuestiona.

Cada cual construye su burbuja, y la de Rebeca ha resistido como pocas. Ahora me voy a ver la televisión. No, en realidad no.

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